La llegada al hotel MARRIOTT de Washington fue tan buena que se olvidaron las pequeñas anécdotas. Un gran hotel, lo recomiendo, está en el centro y es muy confortable ¡y muy buen trato! La primera noche ya salimos y así todas, siempre gracias a nuestros anfitriones, que hicieron que fuera un viaje muy aprovechado y divertido. Es una Ciudad preciosa con calidad de vida y muchas cosas que ver.
Aprendimos un montón, nos movimos en metro, tren, barco, autobús y caminamos mucho, las comidas variadas y muy bien de precio, buen pescado, buena carne, y la gente muy educada y amable. Les damos las gracias a Feli, Diego, Begoña, y a todas las personas de la Embajada de España, por su hospitalidad.
Nos gustó mucho Alejandría, un pueblo marinero al que fuimos en barco, y cenamos en el muelle en un gran restaurante.
Las fotos son, la Casa Blanca, la Embajada, la casa de Feli, el crucero por el Rio Potomac, el Capitolio, los Monumentos, y nuestra primera hamburguesa.
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